La respuesta que nos dan los cuentos de hadas es la misma que nos ofrece el psicoanálisis: para evitar que nuestras ambivalencias nos arrastren y, en casos extremos, nos destrocen, es necesario que las integremos. Sólo de esta manera podremos conseguir una personalidad unificada, capaz de enfrentarse, con éxito y seguridad interna, a las dificultades de la vida. La integración interna no es algo que se consiga de una vez por todas; es una empresa que cada uno debe afrontar, aunque de formas y niveles distintos.