La vida en miniatura

«También armé pequeños teatros,

cajitas con recuerdos y adivinanzas

para pequeños príncipes porque

la poesía es la continuación de la infancia

por otros medios, y la miniatura,

un objeto transportable,

ideal para los seres nómades.»

MARÍA NEGRONI, El corazón del daño

Después de una fatal noche de insomnio, las arrugas parecían el resultado de haber dormido con la cara aplastada contra un colador de pastas

Hay algo tremendamente narrativo en esa mujer tan pequeña que cabe en un achinamiento de ojos.

Un poco de locura en primavera es saludable incluso para un rey. ¿Sabés quién lo dijo?

—No.

—La inmensa Emily Dickinson. Ese debe ser tu lema ahora.

¿También se habían quedado juntos por nosotros? ¿O por comodidad? Papá sin mamá no podía cocinar un huevo duro. Mamá sin papá carecía de recuerdos o recursos propios.

Solía comentarme cosas de su trabajo como contador, profesión que había seguido por incentivo y ayuda de un tío que lo había apadrinado, ya que él no sentía especial inclinación por nada.

Alcé un poco la voz. Igual, mi rabia nunca es rabia, desde la sombra viene mutilada.

Lo importante es empezar esta etapa liviana, serena, sin cuestionamientos ni revisiones, limpia de memoria antigua, pensaba a medida que me entusiasmaba con el panorama. Como una mujer sin biografía.

los truenos cortaban como un pan las nubes, el viento hacía volar ramas pesadas o carteles de la calle y llovía a cántaros.

A veces el lenguaje tiene techos bajos y paredes demasiado estrechas donde no todos cabemos con comodidad.