Este segundo volumen de los estudios históricos de literatura española, de Juan Ignacio Ferreras, está dedicado a la novela del siglo XVII.
Universalizada la novela española en el siglo XVI con títulos como el Amadís, La Celestina, el Lazarillo, etc., el siglo XVII institucionaliza el género novelesco a partir de Cervantes y de la gran floración de novelas picarescas. El desarrollo es muy rápido y muy rápida también la decadencia, que empezaría inmediatamente después de la mejor novela alegórica: El Criticón, de Gracián (1651–1657). En el siglo XVII aparecen ya definidas varias tendencias novelescas que han llegado hasta nuestros días: picaresca, histórica, alegórica, costumbrista.