Despierta tu autoestima creativa

Nos hemos vuelto simplistas, queremos que todo esté hecho, hacer el mínimo esfuerzo, tenerlo todo ya resuelto. Esto nos lleva indudablemente a no buscar esforzarnos en nada, a acomodarnos cada vez más en nuestra posición de holgazanería.

¿Sé perdonar?
Entiendo que tanto yo como los que me rodean podemos equivocarnos y debo perdonar tantas veces como haga falta, porque no me interesa vivir con rencor y sentimiento de frustración y rechazo. Por lo tanto, no debo hacerme cargo de los errores de los demás, bastante tengo con los míos. Perdono eso que me molestó y me libero de cargas. Vivo equilibradamente.
¿Soy rencoroso, desconfiado?
No me olvido de eso que me molestó y me dolió. Nunca voy a dejar de recordar que esa persona cometió un error, por lo tanto, quedo anclado en ese momento y siempre volveré a sentir esa sensación desagradable que no me deja avanzar y que me retiene en el enfado.

¿Soy equilibrado?
Busco mantener en mi día a día los buenos hábitos, ya sean de alimentación, de trabajo, de ejercicio, de relaciones con las personas, etc, desde el respeto, la comprensión y el perdón.

¿Soy positivo?
Ser positivo es igual a ser agradecido. Cuando me despierto soy consciente de que tengo este regalo que es la vida y que me permite disfrutar de todo lo que hago, pienso y siento. Si pienso así, todos los inconvenientes que se presenten serán una oportunidad para aprender, mejorar y superarme en la vida

Debemos entender que lo más simple y lo más importante antes de querer a nadie es querernos a nosotros mismos. Si nos queremos y tenemos un equilibrio mental, tenemos la capacidad de dar, de querer a los demás y, por consiguiente, de recibir, ya que si yo me quiero entiendo que los demás también me quieran y me merezco recibir afecto, favores, atenciones, etc, porque a la vez yo estoy dispuesto a darlos. Esta manera de pensar sería la de una mente equilibrada y creativa, que nos proporcionaría básicamente felicidad.

En primer lugar tenemos que tener muy claro que el resultado de la autoestima no es el ego, todo lo contrario. Tenemos que comprender algo primordial: “Yo soy lo más importante para mí”. Comenzaré a quererme, a buscar todo lo que es mejor para mí, lo cual dará como resultado el equilibrio y, por tanto, la felicidad.

sólo busca soluciones

La persona con autoestima sabe buscar soluciones

Cuando creamos algo, debemos primero idearlo en nuestra mente para luego plasmarlo en aquello que queremos crear, y cuando comenzamos a realizarlo, nos implica esfuerzo, confianza y voluntad. Si en nuestro día a día no generamos esfuerzo, confianza y voluntad, caeremos en la rutina, en lo fácil y en la desgana, y perderemos el total control de nuestra vida. La rutina tomará entonces el control, nos absorberán el trabajo y las obligaciones, y perderemos por completo nuestra capacidad de crear.

El problema verdadero surge cuando nos resistimos a desarrollar esa creatividad, cuando no tenemos voluntad de aprender y nos quedamos anclados en esa situación. Hasta que no enfrentemos las situaciones, aunque pasen los años, siempre estaremos en el mismo lugar donde nos quedamos.