Psicopatología del poder

de apoyos científicos y, en particular, de la psicología social y de las técnicas de márquetin, pero de forma cada vez menos simbolizada, apoyándose en prácticas bien reales y asimbólicas.

Un auténtico festival del terror o miedo extremo, organizado y difundido con todo tipo

Se trata de realidades descarnadas, pero contra las cuales pocas élites científicas o intelectuales parecen oponerse.

Algo bien diferente, por cierto, a la democracia real, que tiene que ver sobre todo con el cultivo de las diferencias y la capacidad de integración de tales diferencias, y no con el dominio totalitario de supuestas mayorías, creadas

eoliberalismo se parece cada vez más a un entrenador emocional, en lugar de asemejarse a un ejecutivo, un adoctrinador, un argumentador o un directivo al uso tradicional.

metáfora de las burbujas (que estallan y solo dejan vacío) o el «cuento de la

elaborado y su consecuencia, la negación de la memoria histórica; también, la aún escasa generalización de la percepción de la humanidad y l

Por ejemplo, en el caso de Eichmann no creo que haga falta recordar el sadismo de sus acciones, que, a pesar de sus racionalizaciones, lo llevó a programar metódicamente uno de los más grandes genocidios

disonancia cognitiva, los procesos mentales de la persuasión y la difusión del self en las masas, etcétera. Y todo ello unido a la mentira y la manipulación, que se hicieron carne con Eichmann a lo largo de toda su deten

Eichmann. Por ejemplo, cuando, ya en el patíbulo, pronunció, sin ser creyente, frases como las de «Dentro de muy poco, caballeros, volveremos a encontrarnos. Tal es el destino de todos los hombres. ¡Viva Alemania!, ¡Viva Argentina! ¡Viva Austria! Nunca las olvidaré». Arendt prosigue y apostilla: «Fue como si en aquellos últimos mi‍