Hazlo! No lo intentes

«si los pensamientos corrompen el lenguaje, el lenguaje también puede corromper los pensamientos» (cito a Orwell en boca del autor).

Si no actúas como piensas, vas a
terminar pensando como actúas».

Blaise Pascal

Las personas emprendedoras y seguras de sí mismas tienden a generalizar en positivo, lo que también puede entrañar un peligro: el de estrellarse por falta de planificación y racionalidad pero, por lo menos, no paralizan al sujeto.

para pasar de la estructura profunda (lo que pensamos) a la estructura superficial (lo que ofrecemos al exterior) generalizamos, cambiamos y abandonamos parte de nuestras ideas

Un hablante puede tener una idea completa a nivel mental de lo que quiere decir, es lo que los lingüistas llaman estructura profunda; esta estructura no es consciente; el lenguaje ya existe a un nivel neurológico muy profundo, las personas «acortamos» esa estructura profunda para hablar con más claridad y economía; lo que por fin, decimos a los demás, lo que sale de nuestra boca, se conoce como estructura superficial

Encontrar en cada persona los caracteres
que la diferencian de los demás es conocerla».

Hermann Hesse

Las personas, cuando procesan cinestésicamente, «sienten» a nivel físico sensaciones internas; escogen sensaciones físicas (ahogo, malestar, alegría, presión, escalofríos) o se fían de ellas para emitir juicios y tomar decisiones.

Para comunicarnos mejor con una persona visual es mejor que le mostremos las ideas por escrito, en diagramas o gráficos; también es importante utilizar en la conversación expresiones visuales (recordad los predicados verbales).

Las personas auditivas suelen ser dadas al diálogo y la discusión de problemas. Disfrutan hablando y frecuentemente verbalizan en voz alta lo que piensan (les sirve para ordenar sus pensamientos). Prefieren comunicarse por teléfono al e-mail o la carta.

Las creencias las construimos generalizando las experiencias que hemos tenido con el mundo y con la gente, las cuales convertimos en «leyes» que nos llevan a reaccionar de forma automática, por lo que limitan nuestras posibilidades de respuesta y, por tanto, nuestra capacidad de actuar libremente y de crearnos nuevas oportunidades