carácter. Daba un sentido a su soledad. En cambio, en Kyo todo era más simple. El sentido heroico le había dado como una disciplina, no como una justificación de la vida. No era inquieto. Su vida tenía un sentido, y él lo conocía: poner a cada uno de aquellos hombres, a quienes el hambre, en aquel mismo momento, hacía morir como una peste lenta, en posesión de su propia dignidad