hormigas

¿Qué demonio tomó posesión de mí cuando me porté tan bien?

Al público le desagrada la novedad porque le teme…Pero la actitud del público es la correcta, porque el arte es individualismo y este es una fuerza que perturba y desintegra

Pavese con sus inmortales Los mares del sur y Las maestritas

Su estética se arraiga en el despojamiento: celebra la plenitud del instante, allí donde alcanza una austeridad espléndida.

La autora ejerce página tras página una fricción sobre la palabra, acto que podríamos definir como el mecanismo inevitable para sentar las bases de una retórica plana: nada de adjetivos ni lujos verbales ni vocabulario erudito ni imágenes que deslumbren. Para compensar esas supresiones apela a otros recursos como son la descripción, la reiteración, la síntesis y el silencio.

La física de este movimiento concluye en el abandono de la metáfora como fundamento central (pérdida absolutamente necesaria para la poesía moderna) y en el desmonte de todo ampuloso pensamiento filosófico, concepto reflexivo o tendencia a la imaginería que perturben la continuidad de ese fluir

Sin embargo, autores leídos casi en secreto, ocultos en la soledad y forjados en la pasión por la palabra continúan obsesivamente con su escritura en pos de una obra original, deseosos por concebir el libro perfecto