Inspirado en un amigo del autor, el personaje del padre Brown -el sacerdote que oculta un insólito conocimiento del mal y de la condición humana tras su aspecto anodino, su inseparable paraguas y sus eternos paquetes de papel de estraza— es el protagonista de estas singulares aventuras en las que G. K. Chesterton une en el ámbito de la narración policiaca su gusto por la paradoja, sus dotes de psicólogo y su dimensión de crítico social.