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José Eustasio Rivera

La vorágine

  • Marco Antonio Figueroa Torresalıntı yaptı9 yıl önce
    alguna vez piensen en mi fracaso y se pregunten por qué no fui lo que pude haber sido, sepan que el destino implacable me desarraigó de la prosperidad incipiente y me lanzó a las pampas, para que ambulara, vagabundo, como los vientos, y me extinguiera como ellos sin dejar más que ruido y desolación.
    (Fragment
  • Daniela Ospinaalıntı yaptı7 yıl önce
    «La indiecita Mapiripana es la sacerdotisa de los silencios, la celadora de manantiales y lagunas. Vive en el riñón de las selvas, exprimiendo las nubecillas, encauzando las filtraciones, buscando perlas de agua en la felpa de los barrancos, para formar nuevas vertientes que den su tesoro claro a los grandes ríos. Gracias a ella, tienen tributarios el Orinoco y el Amazonas.
  • kim claudiaalıntı yaptı3 yıl önce
    había que retroceder en la vida ante ningún conflicto, pues solo afrontándolos de cerca se ve si tienen remedio.
  • Liilii Olivaresalıntı yaptı3 yıl önce
    La vorágine (1924) es una novela naturalista que relata la aventura de Arturo Cova, quien en una huida alucinante se interna en Los Llanos orientales, extensa región de ríos caudalosos, donde pierde a Alicia, su amante. El afán de recuperar a Alicia lo llevará a la Amazonia colombiana donde Arturo conocerá la esclavitud de los trabajadores del caucho. Los protagonistas de esta novela son la selva, sus rituales y la lucha por la supervivencia.
  • Daniela Ospinaalıntı yaptı7 yıl önce
    Estaban nerviosos, tenían el presentimiento de la catástrofe. La menor palabra les haría estallar el pánico, la locura, la cólera. Todos se esforzaban por resistir. ¡Adelante!
  • Daniela Ospinaalıntı yaptı7 yıl önce
    ¡El sol no sale para los tristes!
  • Daniela Ospinaalıntı yaptı7 yıl önce
    Viendo perdida toda esperanza de salvación, regresó a la cueva, guiado por los foquillos de la lechuza, y al llegar vio que la indiecita le sonreía en su columpio de enredaderas florecidas. Postróse para pedirle que lo defendiera de su progenie, y cayó sin sentido al escuchar esta cruel amonestación: “¿Quién puede librar al hombre de sus propios remordimientos?”.
  • Carlos Julian Peña Tascoalıntı yaptı5 gün önce
    El domingo la vi en misa,

    el lunes la enamoré,

    el martes ya le propuse,

    el miércoles me casé;

    el jueves me dejó solo,

    el viernes la suspiré;

    el sábado el desengaño...

    y el domingo a buscar otra

    porque solo no me amaño.
  • Carlos Julian Peña Tascoalıntı yaptı5 gün önce
    Desconoció la conciencia del beso y sus manos fueron incapaces de inventar la menor caricia. Jamás escogió un perfume que la distinguiera; su juventud olía como la de todas
  • Carlos Julian Peña Tascoalıntı yaptı5 gün önce
    sus manos fueron incapaces de inventar la menor caricia. Jamás escogió un perfume que la distinguiera; su juventud olía como la de todas
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