los hombres han empeorado; y nosotros, igual que los demás. Los buenos se han vuelto débiles; los débiles, cobardes; los generosos, temerarios; los escépticos, perversos; los egoístas, feroces.
–¿Y nosotros? –dijo él–. ¿Qué éramos y en qué nos hemos convertido?
–Estábamos tristes; nos hemos vuelto desdichados –le contesté.