Sé que airear todas mis penas en las columnas de ˙ Zycie Literackie no sirve de nada, pero me sentía afligida. Dröscher escribe vívidamente sobre los sorprendentes logros del tejido nervioso que permite a los animales ver sin ojos, oír a través de la piel y husmear el peligro sin que haya la más mínima brisa