Interrupción

«Entre la vida y la muerte, las mujeres elegirán siempre la libertad»

he querido abordar el tema del aborto únicamente a través del prisma de la palabra de las mujeres y no tengo discurso, ni siquiera reflexión, que proponer

Este proyecto me ha hecho conocer a personas de gran valor y me ha permitido corroborar mi intuición en cuanto a lo diverso de nuestras experiencias

Ser madre probablemente me hubiese aportado mil cosas bonitas, pero seguro que no tantas como ser libre tras haber renunciado a tener hijos

Sabía que era una deslealtad, pero se trataba de mi vida, de mi cuerpo y de mi carrera; era una decisión irrevocable y no le veía interés a una discusión estéril que no provocaría más que cólera e incomprensión

Una tremenda maraña invadió mi mente y mi corazón. Estaba triste, enfadada, angustiada. Ni se me pasaba por la cabeza quedarme con esa criatura, pero el mundo se derrumbaba a mi alrededor: perspectiva de maternidad y realidad de muerte se unían de nuevo.

Me transformé en guerrera; no podía dejar que esa promesa se instalase, por respeto hacia la situación y hacia mí. Al mismo tiempo, en tanto que hija de mi generación, me dije: “Puedo decidir, y decido”. Me sentía muy desgraciada, pero lo dejé a un lado; primero tenía que poner fin a aquello»

La mayoría de mis amigas tienen ya hijos y, con cada parto, crece la complejidad de mis sentimientos con respecto a la maternidad, tema omnipresente y opresivo

Así pues, la indiferencia y la frialdad a las que tuve que enfrentarme aquel día no constituían un hecho aislado. Debimos de ser muchas las que comprendimos que teníamos que conformarnos con un derecho que se nos había consentido. A regañadientes, estaba claro

También perdurarán demasiado tiempo el sentimiento de no amar mi cuerpo, porque me ha traicionado, y cierta dificultad para vivir mi sexualidad con sencillez, con ligereza, pues desde sus primeros pasos había quedado maculada por el error y el precio que había que pagar por él