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Paula Bonet

La anguila

  • Abril Castilloalıntı yaptı3 yıl önce
    Pintando aprendí a mirar, entendí que la realidad es mucho más compleja de lo que parece, la pintura me ayudó a resolver lo que no se puede decir con palabras y es en la mancha donde consigo entender algo. Observo en ella la urgencia, la duda, la calma o la furia de aquel o aquella que la ha trazado. Analizo si hay control en la técnica o si aquello es cosa de una mano torpe que todavía ensaya el gesto. Advierto si quien mancha es complaciente consigo mismo y con el mercado o si es un suicida. Tiemblo con la belleza de un arrastrado o de una veladura magnífica, me olvido de que estoy viva, siento el placer que se siente al introducir el cuerpo frío en una bañera de agua templada.
  • Katia Albertosalıntı yaptıgeçen yıl
    Tiemblo con la belleza de un arrastrado o de una veladura magnífica, me olvido de que estoy viva, siento el placer que se siente al introducir el cuerpo frío en una bañera de agua templada. O el que llega sigiloso cuando el otro coloca las manos sobre tus nalgas y las acaricia y las aprieta con deseo. El vapor del agua y la carne tibia. El aceite de la pintura y el fluido que empieza a deslizarse por la cara interior del muslo. El trago de vino y la inhalación del aceite de lino purificado. La tela tensada y la sábana con mancha.
  • Katia Albertosalıntı yaptıgeçen yıl
    Tiemblo con la belleza de un arrastrado o de una veladura magnífica, me olvido de que estoy viva, siento el placer que se siente al introducir el cuerpo frío en una bañera de agua templada. O el que llega sigiloso cuando el otro coloca las manos sobre tus nalgas y las acaricia y las aprieta con deseo. El vapor del agua y la carne tibia. El aceite de la pintura y el fluido que empieza a deslizarse por la cara interior del muslo. El trago de vino y la inhalación del aceite de lino purificado. La tela tensada y la sábana con mancha
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    Me había convertido en la señora que observaba sosteniéndose el vientre con las dos manos, arropada por unas viejas que solo ella ve, con la boca sin gesto, abriendo mucho los ojos. Una pintura negra, el resultado de capas y capas de pintura terrosa y blanca veladas con negros y tierras. La veladura y el trapo. La veladura seca. La veladura velada de nuevo. La sombra más profunda.
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    Yo no les preparé ningún desayuno, pero ellas disfrutaban haciendo que vomitara el mío.
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    Es la algrafía la que me aleja de la metáfora y me hace entender que los seres que gesté, los tres, no podían nacer. No puedo acariciar con las manos lo que no puede abrazarse. Fueron las paredes del útero las que tocaban a mis monstruas con ojos en las tripas, genitales a medio hacer, cabezas planas y estómagos sin esófagos a los que agarrarse.
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    a italiana Dacia Maraini dice que la sombra de su bebé peludo de manitas rosadas nunca la ha dejado. Lo llama Perdi y lo ha imaginado con diez años, con quince, con veinte, ha estado toda su vida dialogando con él
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    Cuando alguien muere, las vivas somos aves de rapiña y vamos a buscar todo aquello que hace que el muerto siga con nosotras. Al abuelo le quité el anillo de bodas que hacía girar en su dedo cuando nos cogíamos las manos. A la abuela, las cartas del abuelo, así que de la abuela no conservo nada, ni una camisita. Le robé a la muerta las palabras que la viva había guardado en su mesilla de noche sin darme cuenta de que con mi acción también yo participaba de aquello que hace que, incluso muertas, nosotras importemos menos.
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    Imagino que cada una de las mujeres de mi familia lo ha entendido todo un poco después de muerta, mientras descansaba en la superficie blanca del interior de la caja de madera. Algunas estaban depositadas en el ataúd con la medalla de la Virgen de la Purísima sobre su pecho y su mejor vestido. Otras tenían una tela blanca tapando su cuerpo y únicamente se les veía el rostro limpio, una piel muerta que parecía haber rejuvenecido. «No toques a la uela que té una bactèria. Si vols fer-ho, posa’t els guants.»10 Las imagino mirando las caras de las personas que nos acercamos mientras reconstruyen su vida desde la inmovilidad. Pienso que es entonces cuando comprenden cómo de cruel ha sido el mundo con ellas. Fueron la hija de Juan, la mujer de Agustín, la madre de Alfonso. Pero muertas se saben Pura Mompó, Carmen Mompó, Juanita Sorita.
  • Inésalıntı yaptıgeçen yıl
    El médico le recomendó que se volviera a quedar embarazada. Desconozco qué le sucedía exactamente y qué vínculo había entre el sufrimiento y un nuevo parto, pero si la abuela gestaba y paría a una mujer, todas sus dolencias pasarían al otro cuerpo.
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