unca olvide, sin embargo, que la falta de forma es una pose estratégica. Le brinda espacio para crear sorpresas tácticas, mientras sus enemigos luchan por adivinar el próximo paso que dará usted, revelan su propia estrategia, y se ponen en decidida desventaja. Esto permite que usted conserve la iniciativa y en muchos casos trabe por completo el accionar de sus enemigos al obligarlos a reaccionar de continuo. Así, usted anula el espionaje y el trabajo de inteligencia del rival. Recuerde que la no forma es una herramienta. Nunca confunda esta estrategia con el estilo de «nadar con la corriente» o con una resignación religiosa a las vueltas del destino. Utilice la falta de forma definida, no para alcanzar armonía y paz interior, sino para incrementar y reafirmar su poder.