Homo Faber encarna una figura típica de nuestros días. El ingeniero Faber, técnico al servicio de un organismo internacional, es un personaje de mentalidad pragmática, cortante, y, en un mundo dominado por la ley de probabilidades, libre de toda veleidad de fluctuación humanística del espíritu.Una cadena de acontecimientos imprevistos y la aventura sentimental con la que resultará ser testimonio de una culpa que él arrastra desde hace veinte años, introducirán en esa mentalidad el sentido del dolor, del destino, haciendo nacer en él al hombre.La tragedia se cumplirá en una playa de Grecia, a orillas de la vieja Corinto, como si un mundo de perfiles humanísticos se revolviera contra el personaje.